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Manipulación (en la Iglesia) III

Manipulación (en la Iglesia)
(Parte tres)

Está claro que sus maneras eran vox pópuli, y que gente de peso -como el Apóstol Juan- tenían identificado a Diótrefes como el que "Le gusta tener el primer lugar" o "Ambiciona ser el primero" Tenemos aquí, el primer ejemplo en la iglesia primitiva de un hombre que intenta gobernar en vez de administrar, mandar en vez de guiar y manejar en vez de conducir. Así que estamos ante un típico caso de: Manipulación

Porque en la raíz de toda manipulación se encuentra la ambición por ser el primero, Diótrefes es el arquetipo por excelencia. El no entiende el ministerio en términos de servicio sino a sí mismo. Las gentes no son la finalidad. Él no está allí para suplir necesidades sino para controlar voluntades. En fin, la iglesia es sólo una excusa para llevar a cabo sus propios intereses…

Hay algunos que tienen la romántica idea de que un personaje así no puede crecer, menos durar en la iglesia; sin embargo, aquí está Diótrefes pertrechado en su posición, ejerciendo un férreo control y –llegando incluso- a presentar ofensiva a la mismísima autoridad apostólica.

Personajes de esta calaña han existido y persistido siempre… ¿Cómo tratar con ellos?

Una de las cosas que se ha perdido hoy, es la capacidad para individualizar este tipo de líderes. Juan no era partidario de aquellos que prefieren callar y mirar para otro lado porque un hecho así no se puede espiritualizar (“no juzgues”), sino que debe ser denunciado. Tampoco creía que ponía en peligro “la causa de Cristo” clasificando a Diótrefes como un ambicioso y oportunista. Ni siquiera era de la creencia que los mundanos se burlarían si denunciaba sus arteros métodos de control… La denuncia está en la Biblia y… ¡allí se quedará!

Es más, aquí se queda mi aplauso a Juan, sobretodo en una generación donde los intereses creados condicionan los valores y la verdad con una falsa capa de seudo espiritualidad que no es bíblica…


Así que veamos los tres métodos de manipulación de Diótrefes:

En la antigüedad, los apóstoles desempeñaban un papel único a saber: Fueron nombrados, ungidos y comisionados por Cristo. Presidían la iglesia en el principio, encargados de poner los fundamentos fueron los principales autores de los libros en el Nuevo Testamento. Sin embargo, en su afán de protagonismo, Diótrefes no sólo ignoró tal autoridad sino que la combatió: “…parloteando con palabras malignas contra nosotros;…” o “… nos denigra con palabras maliciosas…”

Hay un tipo de manipulación que se ejerce desde el púlpito y que usa la predicación como medio para auto promoción y control. Estoy hablando de un tipo de mensaje en el cual Diótrefes hacía acusaciones falsas contra los demás con la evidente intención de promocionarse a sí mismo.

En una iglesia, la gente suele ser muy susceptible. Un líder puede promocionarse hasta ser elevado a la categoría de un fetiche con la complicidad de su propia gente. Puede –incluso- manipular sus mentes para que crean lo que él cree y, nieguen lo que él. Por eso es obvio para mí que –en todo esto- Diótrefes tenía sus seguidores y Juan sus oponentes… Es fácil encontrar gente que siguen a tal o cual líder, sin importar si el tal tiene un testimonio dañado, si cree falsas doctrinas o si su patrimonio ha aumentado considerablemente…

Y es que cada día más, las gentes siguen una personalidad antes que un carácter

En aquel tiempo había un fuerte ministerio itinerante. Evangelistas recorrían las iglesias. Los recursos eran escasos y su sostén dependía de la buena voluntad de quienes le recibían. La hospitalidad era un bien muy apreciado…

Sin embargo, Juan tiene que reconocer que Diótrefes más que como un líder se comportaba como un caudillo: “… y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos,…” El predicaba que la Iglesia no pertenece a ningún hombre pero –de hecho- actuaba como si fuera propietario de ella y por eso, se reservaba el derecho de admisiónClaro, en el fondo de la cuestión, él negaba dar hospitalidad porque sentía que ciertas personas podían amenazar su propia seguridad… Su subsistencia estaba basada en protegerse a sí mismo y –obviamente- era muy celoso de ello. Cualquier cosa que pudiera ponerle en peligro era digna de ser combatida o… ¡eliminada!

Alguien dijo que detrás de todo buen manipulador se esconde un pequeño dictador… Diótrefes demostró cierta opresión en sus acciones “Además, impide a los que los quieren recibir y los expulsa de la iglesia” Este manejo prohibitivo refleja al pequeño dictador que había en él. Y es que no todos estaban de acuerdo con su arbitrario manejo. Hay algunos –por ejemplo- que no aplauden la prohibición que se hace a la gente que tiene el “delito” de pensar diferente…

Así que “se rebelan” al sistema establecido por Diótrefes invitando a los impedidos… Pero Diótrefes ha construido un régimen de autoridad (al igual que los Césares en la antigua Roma) donde él se ha nombrado el ungido por Dios. Esta es una frase de tanto peso que puede hacer tambalear a sinceros creyentes con mentes débiles obligándoles a ser parte de un juego que no comparten…

Como he dicho, un grupo se sale de la norma. No cometen ningún crimen, no hablan mal de Diótrefes, ni cuestionan en público sus cuestionables decisiones… Lo único es que invitan a la gente que están prohibidos por Diótrefes. Pero, para un pequeño dictador como él que vive sospechando de su sombra, este grupo se convierte en gente peligrosa porque –en su mente- están desafiando su particular autoridad…

¿Qué reacción cabe para un opresor así? ¡Los expulsa de la iglesia! porque cuando intimidación no funciona, para un opresor, la expulsión es un recurso todavía a mano…

Alex de la Iglesia



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