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Corriendo la Carrera - 1 de Enero del 2006

Cada día es un nuevo y fresco comienzo con el Señor, pero algunos días son como señales luminosas, marcas especiales en nuestro viaje. El primer día del año nuevo es uno de esos días, y así es, que con gran anticipación mi familia y yo recibimos el año 2006. Sabemos que así como Jesús es el Señor de Hoy, también es el Señor de Este Año.

Ayer, Pak Ting Wong, un querido amigo y hermano de ECC, me escribió un email y me compartió algunos pensamientos de Hebreos 12
. Leí el capítulo y hubo varios versículos que me impactaron y determinaron la marcha para mí, en este nuevo año. Déjenme compartirlos con ustedes.

En Hebreos 11, el escritor ha hecho una gran lista de los héroes de la fe - un impresionante salón de la fama - veteranos de la fe cuya fe ahora tenemos que imitar nosotros. Ahora, en Hebreos 12:1, él personalizatodo esto y escribe:
"Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la Carrera que tenemos por delante."
Pueden recordar que yo animo a las personas a hacer personal un pasaje de la escritura poniendo sus propios nombres en lugar de los nombres generales y personales. Así que, para mí mismo, una paráfrasis de Hebreos 12:1 podría leerse de la siguiente manera:
"Por tanto, dado que David está rodeado de una multitud tan grande de testigos, que David se despoje del lastre que le estorba, en especial del pecado que le asedia y que corra la carrera que David tiene por delante."
Les animo a hacer lo mismo, esta vez, poniendo sus propios nombres en lugar del mío.
Cuando me diagnosticaron cáncer de estómago terminal (¿puedes creerlo?, ¡sucedió apenas dos semanas atrás! ver "Noticias"), fui ante el Señor y le pregunté, ¿Es este mi tiempo, Señor? ¿Quieres llevarme ahora, o todavía tienes trabajo para que yo haga?(Ver "Puesto en Estrecho").

Aquí hay una cita de ese post:
"La respuesta, que creo que recibí del Señor (la cual la voy a compartir luego) es que, este no es mi tiempo para partir. En 2 Timoteo 4:6-8, Pablo, al final de su vida, escribió:
"Yo, por mi parte, ya estoy a punto de ser ofrecido como un sacrificio, y el tiempo de mi partida ha llegado. He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. Por lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida."
Mas, cuando hablaba con el Señor, sentía que, aun no había llegado el punto, en el cual pueda decir, "he terminado la carrera". En otras palabras, creo que aun tengo algunas vueltas más para recorrer"
Una cosa e creer que aun no he terminado la carrera; otra cosa es continuar corriendo esa carrera. Y esto es lo que Hebreos 12:1 me anima a hacer. The Message (versión sólo inglés) parafrasea este versículo de la siguiente manera:
"¿Ves lo que esto significa todos esos pioneros que encendieron el camino, todos esos veteranos que nos estimulan a continuar? Significa que nosotros lo podremos hacer mejor. Afírmate, comienza a correr y ¡nunca renuncies! No a la gordura espiritual, no al parásito del pecado."
Los pioneros que encendieron el camino han sido enlistados en Hebreos 11 - Enoc, Noé, Moisés, Abraham, David y muchos otros. Ellos son ahora los veteranos que nos estimulan a continuar desde las tribunas del cielo como lo expresa J.B.Phillips en este versículo. La figura es la de una larga carrera de relevos, a lo largo de los siglos. Cada veterano ha tomado su puesto en sus días, corriendo su vuelta de fe. Al final de su vuelta, pasó la posta a una nueva generación. Generación tras generación ha corrido su vuelta, y ahora es tu turno y el mío en el campo de la fe. Y de acuerdo a Hebreos 12:1, todos estos héroes del pasado están ahora observándonos, alentándonos, mientras corremos nuestra vuelta. Como The Message escribe Hebreos 11:40, el plan de Dios era "que la fe de ellos y la nuestra se unieran para hacerla una sola, sus vidas de fe no son completas sin las nuestras."
Entonces ¿Qué se espera de mí? El desafío es claro. ¡Correr! ¡Correr con todas mis fuerzas! ¡Correr con perseverancia la carrera que me ha sido asignada! Como lo explica 1 Corintios 9:24:
"¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan"
¿Cual es este premio? En Filipenses 3:12-14, Pablo usa una terminología similar cuando escribe:
"No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo Mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús."
Desde el contexto es claro que el premio al que se está refiriendo Pablo no es la salvación (él se refiere a la salvación como un regalo ver Romanos 6:23). Si miramos atrás unos pocos versículos, Filipenses 3:10 nos ayuda a comprender cual es el premio que Pablo anhela realmente:
"Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte."
Esto, creo yo, es el premio. Es la realización final de todo lo que Dios ha dado como regalo(por ejemplo, la salvación que viene a través de Cristo) obrando completamente en nuestras vidas (ver Filipenses 2:12-13). Es conociendo a Cristo en su extensión, el conocimiento del poder de su resurrección obrando plenamente en nuestras vidas, experimentando el compañerismo mas profundo posible con él, el cual se extiende hasta en "participar en sus sufrimientos". Toda la gloria que proviene de esta profunda experiencia es el premio, y en 1 Corintios 9:25-26, Pablo continuarán desarrollando lo que significa "Corran pues, de tal modo que lo obtengan":
"Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. Asíque yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire."
En una idea similar, cuando Pablo está al final de su vida, sabiendo que él ha "he terminado la carrera"(2 Timoteo 4:7), instruye a Timoteo a hacer lo mismo en 2 Timoteo 2:5:
"Así mismo, el atleta no recibe la corona de vencedor si no compite según el reglamento"
Hay reglas para cada competición atlética, y no es menos para la carrera espiritual a la que estamos llamados a correr. ¿Cuáles son estás reglas? Esto es lo que nos está diciendo Hebreos 12:1. Como lo traduce la Biblia en Lenguaje Sencillo:
"...Por eso, en los años que nos quedan de vida debemos dejar de pecar, y dejar también de lado lo que nos estorba para vivir confiando totalmente en Dios. Porque la vida es como una carrera, y el pecado es como un estorbo que se nos enreda en los pies y no nos deja correr. "
Las reglas son simples:
    1. Quitar de ti todo "lo que estorba "
    2. Tratar decisivamente con "el pecado"
    3. Correr "en los años que nos quedan de vida"

En Hebreos 12:2 encontramos la clave para correr la carrera: Como lo escribe The Message:
"Mantengan sus ojos en Jesús, que comenzó y finalizó la carrera en la que estamos. Estudia como él lo hizo. Porque él nunca perdió la visión de lo que tenía en frente en el emocionante final con Dios pudo aceptar cualquier cosa en el camino: una cruz, la vergüenza, lo que sea. Y Ahora él está ahí, en el lugar de honor, a la derecha de Dios"
Amplified Bible's traducción de Hebreos 12:2 es particularmente interesante:
"Mirando hacia otro lado, [de todo lo que nos distrae] de Jesús, quien es el Líder y la Fuente de nuestra fe [dando el primer incentivo para nuestra creencia] y es también su Finalizador [llevando esto a la madurez y perfección]. El, por el gozo [de obtener el premio] puesto delante de El, soportó la cruz, despreocupándose e ignorando la vergüenza, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios."
Yo creo que el premio por el que Jesús corrió ([por el gozo puesto delante de él]) es el mismo premio por el que estoy corriendo hoy, para ganar ¡la totalidad del propósito de Dios obrando en mí y a través de mí!

Fue debido a que él tenía los ojos puestos totalmente en el premio, que Jesús [soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba]. ¡Y ahora yo estoy llamado a hacer lo mismo! Por esto Jesús dijo en Lucas 9:23
"Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga".
Esto es también el porque Hebreos 12:3 Amplified Bible nos dice:
"Piensa simplemente en [Jesús] quien soportó de pecadores tal furiosa oposición y una amarga hostilidad contra sí mismo [siente y considera todo esto en comparación con tus pruebas], de tal manera que no tengas que crecer abrumado y agotado, perdiendo la emoción, aflojándote y debilitándote mentalmente."
El año nuevo nos expone a todos, ante el mismo desafío de Hebreos 12:1-3, pero a la luz de mi diagnóstico médico, significa mucho más para mí. Si realmente el Señor tiene una carrera por delante para mi, como creo que la tiene, debo correr con "perseverancia la carrera que tengo por delante". Mi prueba presente no es nada, comparado con lo que soportó el Señor Jesús, y su gracia perpetua está ahora disponible para mí también.


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