Iván Budinich Castro
Cada vez me es más fácil comprender el abrumador encanto de la izquierda sobre muchos. Nada debe de ser más atractivo que ser incapaz de sentirse culpable de absolutamente nada, ese es sin duda uno de los mayores atractivos de ser de izquierda.
La izquierda no asume la culpa de nada y pasa por agua tibia los crímenes de sus prosélitos. La defensa del tristemente célebre delincuente, Abimael Guzmán ha argumentado a modo de reducir la culpabilidad del susodicho en el infame atentado de Tarata, que los afectados no eran el objetivo del acto terrorista ¿Puede ser aquello un descargo? Puedo imaginar miles de bestias a los que haríamos bien en echarles napalm para ahorrarnos el aire que respiran, justificando al pobre angelito.
Veamos otras perlas Menos escandalosas, pero igual de demostrativas. Como todos sabemos la empresa Odebrecht y la izquierda latinoamericana se constituyeron en una mafia bicéfala en la que ambas partes se instrumentalizaban mutuamente. Una buscando ampliar su patrimonio y la otra asaltar –porque no hay otras formas de decirlo- los erarios públicos ¿Vemos un mea culpa? ¿Algún ejercicio de autoanalisis? No por supuesto, la según las distinguidas lumbreras –algunas de ellas repletas de cartones- es del malvado capitalismo. Díganle por favor a estos idiotas doctos que revisen los informes que hay por montones de los más reputados organismos internacionales –de cuya planilla ellos disfrutan- donde se demuestra claramente que los Estados con mayor apertura de mercado son precisamente los menos corruptos ¿Saben por qué? No es necesariamente por un Estado más pequeño; lo son porque existe mayor transparencia en el manejo del erario público, ello significa que no existen bestias como Maduro y compañía vetando la actividad fiscalizadora de prensa y oposición.
La corrupción de Odebrecht es un producto puro y duro del socialismo caribeño dizque del siglo XXI esforzado en repetir a su modo todas las idioteces –porque no puede con las atrocidades y menos con los éxitos- del socialismo del siglo XX.
Las chicas Odebrecht , las engreídas de esa mafia llamada Foro de Sao Paulo, ese espacio combativo de izquierdas financiado por la corrupción brasilera marchan precisamente en contra de la corrupción ¡Que tal ostra!!! ¡Carajo!!! Ni siquiera un esfuerzo de análisis sobre las corruptelas y errores cometidos. Lo mismo todos los que ahora caído en desgracia dejan soltar algunas perlas del expresidente Toledo. No tuvieron los pantalones para decir pio cuando era el quien estaba en el poder y ahora sibilinamente se regodean en su noche mientras pretenden pasar piola. Claro, el equipo femenino de Odebrecht - Perú es el colmo de la conchudez, pero tampoco debemos olvidarnos de los otros.
El pasado domingo en un conocido programa de corte político el ideólogo del etnocacerismo –movimiento por la superioridad cobriza- , padre además de un expresidente-el viejo loco Humala- paso por paños tibios la de Odebretch en nombre de la hermandad iberoamericana con nuestros primos portugueses. Que forma tan extraña que tienen los zurdetes de justificar lo injustificable ¿Dónde se fueron sus convicciones ideológicas? En el caso de Isaac Humala no importa, no es una persona que pueda considerarse bien de la cabeza; pero en el caso de gente que presume de seria que diga que la corrupción de Odebrecht es exclusividad del modelo económico, solo se puede argumentar si se es muy loco o muy cínico, no hay de otra.
Cínico y conchudo es por tanto que Glave –la engreída de Villarán- y Mendoza –la secretaria de Nadine- quieran monopolizar la decencia y sus organizaciones convoquen a marchas contra la corrupción. Eso es tarea de la sociedad civil no de partidos políticos y menos de sus dirigentes embarrados hasta el cuello en el lodazal de Odebrecht. Pero por supuesto, la culpa de que el dinero corrupto llegue a sus puros e inmaculados bolsillos, la tiene el chino, convertido ya por las izquierdas en el clásico chivo expiatorio de todos los males del Perú.
Y a todo esto ¿El instituto prensa y sociedad (IPYS) devolverá el dinero donado por Odebrecht? En nombre de la moral, la decencia, las buenas costumbres y la salvaguardia de su autoridad moral ¿?; esperamos que esta institución, se anime a dar el gran pasó y rompa definitivamente todo vínculo con el dinero corrupto y dejen de echarle la culpa a todos los demás de sus propios actos.
