Y no obstante, fue en ese Mismo tiempo convulso, cuando Italia vivió su siglo de Oro: Nos lego a Petrarca, a Leonardo, a Miguel Ángel y a Maquiavelo y con el, el Estado.

Inglaterra 1940, El Primer Ministro Chamberlain seguido de una amplísima mayoría parlamentaria y social, propugna una política de apaciguamiento para con el régimen criminal Nazi.

Un hombre solo, de pie en su escacho, se atreve ha alzar la voz.

Arremete contra la mayoría, contra la cesión, la cobardía y la deshonra.

El tiempo, le dio la razón, donde todos se equivocaban, Winston Churchill tenia razón.

Hoy, en España (Dios la proteja), la sociedad y los medios demandan un Pacto entre los dos grandes partidos, a saber, PP y PSOE, al que ninguno de los dos parece muy dispuesto a llegar.

Las razones que dificultan tal empresa solo ellos las conocen, lo que pretendemos en este breve bosquejo, no es preguntarse por la ausencia de dicho pacto, lo que queremos en este articulillo es cuestionar la necesidad del mismo, cuestionar la naturaleza salvadora del mismo, cuestionar incluso el sistema del pacto como herramienta.

Los pactos como sistema-herramienta para alcanzar la verdad (en este caso, lo provechoso) atenta contra la naturaleza del ser humano y la naturaleza de las cosas.

La idea de que en el punto medio se encuentra la virtud, ya que en el se encuentran las posturas, es simplemente, como considerar lo mejor a lo mediocre. La idea de que dos cabezas piensan mejor que una, es una falacia de los que nunca se han atrevido a pensar.

Porque, al fin y al cabo, lo que configura el pacto en positivo, no puede ser simplemente en el hecho de que dos voluntades transijan, sino, como parece mas lógico, lo que hace bueno a un pacto es que el contenido del mismo lo sea.

Por ello, más que pacto, lo que debe hacer el gobierno es gobernar.

Gobernar y Tomar decisiones que la valoración de las mismas posterior será.