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Dubrovnik, mucho más que Game of Thrones

Dubrovnik, mucho más que Game of Thrones
Hasta hace no mucho tiempo Dubrovnik no era más que otra de las hermosas ciudades con costa al Mar Adriático, un balneario localmente conocido, pero no famoso mundialmente como ahora.
Y que fue lo que desató la locura por la ciudad croata ?, la serie Game Of Thrones.
Resulta que aprovechando sus antiquísimas murallas y espectaculares escenarios naturales, los productores de la serie decidieron filmar ahí capítulos de la serie que terminaron publicitando la ciudad de tal forma que hoy es la Top del Adriático.
Pero Dubrovnik es mucho más que Game of Trhones y a continuación les cuento algunas cosas que les pueden servir si piensan visitarla.
De no ser así, igual continuen leyendo y disfruten de las fotos.

Vista desde mi habitación
Luego de un viaje de hora y cuarto desde Zagreb, aterrizamos en el coqueto aeropuerto de Dubrovnik, nos tomamos el Shuttle Bus que para en la puerta del aerpouerto y nos dirigimos en él hacia el centro.
Habíamos alquilado un apartamento en la zona de Pile Gate, justo en donde nos dejaba el bus, por lo que íbamos distendidos y contentos admirando el paisaje y deseando llegar a destino.
Pero cuando bajamos del bus nos dimos cuenta de que el apartamento no estaba "ahí nomás", sino que para llegar a él había que subir, y subir y subir por la ladera del cerro, por calles tremendamente empinadas. Arrastrar por esa zona valijas que pesan 23 kilos + mochilas al hombro no es nada fácil.
Intentamos tomar un taxi, pero iban todos llenos, un bus hasta la mitad del cerro, ni pensarlo, no había como subir las valijas, así que pateando y puteando llegamos a nuestro apartamento luego de un trayecto de aproximadamente 25 minutos.
El consejo que les doy es que se aseguren de alquilar un apartamento ( es la mejor opción y la más barata ) en lo posible dentro de la muralla de la ciudad vieja, ya que así se ahorran las interminables caminatas y las empinadísimas escaleras para entrar y salir de la ciudad.
Una vez en el apartamento, abrimos las ventanas y teníamos la hermosa vista que se puede apreciar en la foto de arriba, pero prefiero no tener linda vista y cansarme menos.

Y como todo lo que sube tiene que bajar, luego de un descanso emprendimos camino hacia la ciudad amurallada de Dubrovnik, bajando por una escalera con mas de 300 escalones, lo complicado fue volverla a subir de noche, mucho más cansado y esquivando gatos hambrientos que salían de todos los rincones. Toda una experiencia.
Stradun o Placa es la calle principal de Dubrovnik.
Peatonal y pavimentada  en piedra caliza, aunque su aspecto actual no es el original, sino el resultado de la reconstrucción posterior al terremoto de 1667.
Es una de las calles mas hermosas y singulares que he tenido la oportunidad de transitar.
Sacar una foto con tan poca gente como la que ven arriba es casi una misión imposible, y hasta el día de hoy no se como lo pude lograr, ya que la paciencia se agota y los turistas son legión.
Una de las cosas que más llamó mi atención es la brigada de limpiadores de pisos que recorre la calle sin cesar despegando chicles, limpiando la comida que cae al piso y dando lustre a los baldosones de piedra. Todo a mano, nada de máquinas. 

Stradun tiene una longitud de unos 300 metros y discurre por la Ciudad Vieja, la zona histórica de la ciudad rodeada por las Murallas de Dubrovnik.
La ubicación de la actual calle era un canal pantanoso que separaba Ragusa (antiguo nombre de Dubrovnik) del asentamiento forestal de Dubrava, antes de que fuera saneado en el siglo XIII. Stradun discurre a través de la ciudad amurallada en dirección este-oeste, conectando la entrada oeste llamada "Puerta de Pile" con la "Puerta de Ploče" (Vrata od Ploča) en el este. Ambos extremos están decorados con fuentes del siglo XV (la llamada Gran Fuente de Onofrio en el oeste y la Pequeña Fuente de Onofrio en el este) y campanarios (el Campanario de Dubrovnik en el este y el campanario del monasterio franciscano en el oeste).
 
Stradun se convirtió en la calle principal de la ciudad en el siglo XIII, y su apariencia actual se creó, en su mayor parte, tras el devastador terremoto de 1667, en el que se destruyeron la mayoría de los edificios de Ragusa. Antes del terremoto, las casas de la calle no estaban diseñadas tan uniformemente como en la actualidad, y la mayoría de ellos tenían arcadas y decoraciones elaboradas. Tras el terremoto de 1667 y el gran fuego que se desató inmediatamente después, la República de Ragusa aprobó una ley que especificaba el diseño de todos los futuros edificios residenciales construidos en la ciudad.
Debido a esto, todas las casas del siglo XVII de Stradun tienen el mismo diseño: la planta baja siempre albergaba una tienda, con una entrada por la calle con una puerta y una ventana en un mismo marco, bajo un arco semicircular (durante el día la puerta estaba cerrada y los bienes se entregaban al cliente sobre el alféizar, que funcionaba como mostrador), y un almacén en la parte trasera con una entrada separada por un callejón. La primera planta estaba reservada para la sala de estar y la segunda planta tenía varias habitaciones, mientras que la cocina se situaba siempre en el ático encima de la segunda planta, para evitar la propagación de posibles incendios.
 
Despues de la caída del Imperio Austro-Hungaro en 1918 y el término de la Primera Guerra Mundial y la entrada de Dubrovnik a formar parte del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, en 1921 paso a tomar el nombre de placa ( plaza) rey Pedro ( kralj Pero) en honor a Pedro I rey de Serbia, llamado el libertador, de lo que sería luego la primera Yugoslavia .
 
En los últimos tiempos, Stradun y algunos de los edificios cercanos fueron dañados en el bombardeo de mortero durante el Asedio de Dubrovnik en 1991–92,5 pero la mayor parte de los daños se han reparado desde entonces.
La mayoría de los edificios históricos y monumentos de Dubrovnik se sitúan en Stradun, por lo que es un lugar popular para los turistas.
Perpendiculares a esta vía principal surgen el resto de calles menores de la ciudad. Hacia el norte las calles crecen en pendiente, con eternas escalinatas, por su proximidad a la montaña de San Sergio, y hacia el sur conforman un entramado de pequeñas calles y callejuelas que acogen todo tipo de negocios pensados principalmente para satisfacer las necesidades de los turistas.




Al final de la calle y luego de pasar por unas arcadas de piedra y un pasadizo estrecho está el puerto de la ciudad, otra belleza de lugar en la que vale la pena sentarse, respirar y admirar el panorama.
Al llegar la noche, la ciudad cambia sus tonos y colores y se vuelve más hermosa aún.
Si bien considero que las fotos quedaron basante bien, ni por asomo reflejan lo increíble del ambiente nocturno de Dubrovnik. 


Una pregunta que me han hecho amigos y compañeros de trabajo al ver las fotos es si no me daba miedo andar por esas estrechas callecitas por la noche.
Y debo decirles que Dubrovnik es una ciudad tan segura que no solo no da miedo recorrer sus estrechas callejuelas, sino que se disfruta intensamente. 

Esta es la entrada a la ciudad vieja desde Pile Gate ( puerta de Pile ) la que usábamos nosotros para entrar y salir de la ciudad amurallada.
Una mañana decidimos variar el camino y entramos por otra puerta lateral, y lo que nos encontramos fue esta interminable y estrecha escalera.
Las puertas que se ven son de casas de familia, y al final de algunos comercios y bares de comida al paso.

Las Murallas de Dubrovnik  hoy constituyen probablemente el mayor atractivo turístico de la ciudad.
El gran icono y orgullo de la Perla del Adriático es un complejo e imponente sistema de defensa de 1.940 metros de perímetro en el que están incluidos 16 bastiones, cinco fortalezas y 120 cañones. En una estancia en Dubrovnik, uno puede elegir qué visitar o no, pero el paseo por las murallases una obligación y una verdadera delicia.
Hay dos razones fundamentales para pasear por estas murallas. por una parte, disfrutar de las vistas de los tejados anaranjados de la ciudad y del Adriático, y por otra sentir el pulso de la historia de Dubrovnik que nos transmiten estas viejas piedras.
Para visitarlas hay que pagar por supuesto, y el costo es de 150 kunas ( 13 o 14 euros aprox.) el recorrido se hace en unas 2 horas y no podés dejar de recorrerlas si vas a Dubrovnik.
Te aseguro que tu cámara fotográfica va a terminar echando humo de la cantidad de fotos que vas a sacar.  Una belleza de lugar, realmente.

Detrás mío se puede er la torre de Minceta, el punto más elevado de las murallas de Dubrovnik y el gran guardián de la esquina norte del perímetro amurallado. Debe su nombre a la ilustre familia de los Menčetić, quienes cedieron los terrenos sobre los que se construiría la torre.
Los muros de la Torre Minčeta son los más gruesos de la ciudad. Su silueta esbelta y poderosa simboliza la invencibilidad de Dubrovnik.
Esta panorámica la obtuve desde otra de las torres de la muralla con mi cámara Panasonic Lumix TZ70, un lujito de cámara, que te cabe en un bolsillo y hace maravillas tirando en automático nomás.
En algunos lugares la muralla se angosta notoriamente, los muros llegan un poquito más arriba de la cadera ( por lo menos en mi caso que mido 1.82 mts, aprox.) y si te da el coraje para mirar hacia abajo vas a ver esto...
Si sufrís de vértigo como yo, esto se transformará en una aventura un tanto acalambrante, jajaja. Pero vale la pena. En todo caso te vas agarrando de los muritos que dan hacia adentro de la ciudad y la vas llevando.

La parte que da hacia la ciudad presenta en ocasiones este panorama, un tanto conventillesco, pero sumamente pintoresco. Los habitantes de la ciudad también tienen derecho a lavar y colgar la ropa en su balcón, no ?
En lo más alto de la Torre Minceta, el punto más alto de la muralla,  está la bandera de Croacia, y que mejor recuerdo que llevarse una foto bajo ella. 
Cuando la gente tiene ganas de jugar al basket no hay nada que se lo impida, y la extraña forma de esta cancha lo demuestra. De lo más raro que verás al recorrer las murallas.

Tanta cantidad de techos de tejas solo lo podrás ver en Lisboa. Un mar de tejas naranjas que contrasta de una forma impresionante con el azul del Adriático.
Al bajar de las murallas y dado que estaba incluido en el precio de la entrada a las mismas enfilamos hacia Lovrijenac (o Fuerte San Lorenzo ).
Como si de una extensión de las famosas murallas de Dubrovnik, Lovrijenac (la Fortaleza de San Lorenzo), se sitúa unos kilómetros al noroeste de la ciudad, sobre un acantilado de 37 metros de altura. Esta fortificación, conocida también como “el Gibraltar de Dubrovnik” está ubicada en un punto estratégico que en su día controlaba el acceso a la ciudad tanto por tierra como por mar. Es además uno de los más importantes iconos de la resistencia de Ragusa ante el dominio de Venecia.

La importancia de este bastión era vital para la defensa de la ciudad de Dubrovnik. Tanto es así que, para asegurarse la lealtad de la guarnición que lo protegía, ésta era relevada cada 30 días. Y para asegurarse de que ésta no tuviera la tentación de hacerse con la plaza, solo recibía raciones de alimento para esos 30 días de guardia.
 .
Reconstruida casi por completo después del devastador terremoto de 1667, con el paso de los siglos Lovrijenac se convirtió en una fortaleza semiabandonada y mal cuidada. Hace solo tres décadas, y después de una serie de importantes trabajos de restauración, pudo ser nuevamente recuperada y en la actualidad, además de un interesante monumento, es el escenario de lujo para diversas manifestaciones culturales en Dubrovnik.
A medida que vas subiendo las escaleras que por momentos se transforman en escaleritas de piedra por donde solo puede pasar una persona a la vez, el panorama se torna cada vez más espectacular.
Mi Lumix echaba humo de tanto sacar fotos, mi vértigo había desaparecido dado lo maravilloso del paisaje que tenía a mis pies. Hasta me animé a pedirle a mi esposa que me sacara una foto al borde del precipicio sentado sobre una de las barandas de la escalinata.

El Fuerte está en realidad aislado y solo se puede acceder a él por medio de dos puentes. Uno de los puentes da directamente a la puerta principal de la fortaleza.
Sobre ella hay una inscripción en latín tallada en la piedradonde se lee lo siguiente:
 No Bene Pro Toto Venditur Auro Libertas, lo cual significa: “La libertad no se vende por todos los tesoros del mundo”. Una frase que refleja la férrea voluntad de los habitantes de la antigua Ragusa, hoy Dubrovnik, de preservar su libertad y su independencia ante las potencias extranjeras, en aquellos tiempos la poderosa República de Venecia.
.


Los muros de la fortaleza son de un grosor apreciable y todo el conjunto arquitectónico está muy bien mantenido.

Sobre las terrazas más elevadas de los muros siguen los viejos cañones apuntando al horizonte, por donde llegaban los barcos enemigos. El mayor y más famoso de estos cañones es el emblemático Guster (que en croata significa “lagarto”), el principal guardián de Lovrijenac desde el año 1537 y obra maestra del fundidor nacional de cañones, Ivan Rabljanin.
Las vistas de la ciudad y de la Bahía de Pile desde este mirador privilegiado son realmente fantásticas.


Algunos datitos extra...
La moneda de Croacia es la Kuna, y al día de hoy 10 kunas son aproximadamente 1.3 euros.
En Dubrovnik todo es caro en comparación con otras ciudades de Croacia y países aledaños.
Comer es caro, no hay supermercados grandes donde comprar elementos para cocinar si alquilás un apartamento como hice yo.
Los restaurantes con comida típica también son caros, por lo que hay que ingeniarse y buscar barcitos donde vendan comida rica y a un precio accesible.
Yo almorcé y cené en un restaurantito llamado Tuto Bene en donde podés comer desde pizza a kebabs, pasando por hamburguesas con fritas y bocadillos locales muy sabrosos.
Otro lugar recomendable es  Mlinar: esta panadería está en pleno centro turístico, en la calle Placa muy cerca de la fuente de Onofrio. Un buen sitio para comer algo barato, pizzas, bocadillos, quiches…y justo al lado tienes una heladería para el postre !
Ah, si, cuando el viaje es largo, hay que tratar de ahorrar, comer bien si, pero hacerse matar por gusto jamás de los jamases.

Gatos, gatos y más gatos. Gatos por todos lados vas a ver en Dubrovnik.
No se cual es el motivo, pero aquí en Dubrovnik y mas adelante en Kotor, Montenegro, la cantidad de gatos que andan por la calle es increíble.
Todos muy mansitos y fotogénicos, como podrán ver.

Otra de las especies que pululan por las calles de Dubrovnik son los japoneses.
Imbancables como todos los que me he encontrado all over the world.
Se complica sacar una foto y que no te salga un japonés, o chino, o coreano colado en ella.

Otra de las atracciones de la ciudad es el "Teleférico de Dubrovnik".
Te lleva a lo más alto de la ciudad para que puedas hacer fotos como la de arriba y apreciar la ciudad amurallada en todo su esplendor.
Es un tanto complicado hacer uso de este teleférico ya que cuando no estan todos los boletos vendidos no funciona porque hay mucho viento o porque se le trancó algo.
El precio es de 140  kunas ida y vuelta ( hasta hace un mes por lo menos ) unos 19 euros.
Carito, como todo en Dubrovnik, pero es otro de los puntos fuertes de la ciudad.
Con tres días recorrí la ciudad y visité sus atracciones más destacadas, creo que no hace falta más.
De aquí partimos en bus hacia Kotor, la perla de Montenegro, otro país de los Balcanes que nos tenía reservadas muchas sorpresas.
Pero como siempre digo, esa ya es otra historia y la verán en la próxima nota que publicaré a la brevedad.


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