Como bien recordarán, ayer empezamos una serie de artículos relacionados con los inicios de los cajeros automáticos. Y es que ¿A quién no le ha salvado la noche uno de estas máquinas? Tal vez nos quedamos sin dinero en efectivo en el momento más inoportuno…

Quitando una tímida aparición en la década de los 60 en Japón una cuenta de Pacific Stars and Stripes, los primeros despliegues más exitosos fueron en Europa.

¿Por qué precisamente en Europa?

Los banqueros, tras la creciente  sindicalización y el aumento de los costos laborales, solicitaron a los ingenieros de la época una solución que permitiera la distribución del efectivo fuera del horario laboral. Esto dio lugar a tres esfuerzos independientes, cada uno de los cuales entró en uso en 1967 : el Bankomat en Suecia, y el Barclaycash y Chubb MD2 en el Reino Unido.

Los distribuidores de dinero en efectivo aparecieron gracias a una larga cadena de innovaciones técnicas

¿Cuáles fueron los principales avances tecnológicos que permitieron su creación?

Lo más básicos , fueron tras el avance de la ingeniería de materiales. El descubrimiento del acero, pantallas de vídeo, plástico o la cinta magnética. La informática, con su reciente creación; el sistema operativo Windows también aportó lo suyo a esta carrera. Otras aportaciones fueron buscadas a propósito para este fin; como el mecanismo que permite la salida de dinero en Efectivo; y lo más difícil de todo, el algoritmo que asociaba un PIN encriptado con una cuenta de cliente en concreto. Estos componentes se desarrollaron mediante la colaboración activa entre grupos de banqueros e ingenieros, cada uno de los cuales intentó resolver diferentes aspectos de los complejos desafíos inherentes al desarrollo del cajero automático.

Los mayores problemas vinieron por la parte electrónica. Al principio, la intervención humana que se necesitaba para que estas protomáquinas funcionaran debidamente era excesiva; no siendo para nada rentable su uso, lo que provoco la necesidad de seguir mejorando el mecanismo hasta lo que conocemos hoy en día.

Por ejemplo, podrían atascarse fácilmente o quedarse sin producto. Podrían, erróneamente, dispensar varios billetes en lugar de uno solo, todo ello sin que el propietario lo supiera. Algunos bancos conservan el token en la máquina y lo devuelven al cliente (por correo) una vez que la cuenta ha sido debitada. Por lo que solo podían hacer una cosa: dispensar efectivo cuando se activa con un token.

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