[...] Miraba a los escritores, oía sus voces, y todo el rato tenía presente al doctor Attendu, que dio la vuelta a un prejuicio secular y afirmó que el idiota no es más que el Prototipo Humano Primitivo, del cual sólo somos la versión corrompida, y por tanto sujeta a trastornos, a pasiones y vicios contra natura, que no afectan, sin embargo, al auténtico cretino, al puro.
- Fragmento de El mal de Montano. Enrique Vila-Matas.