Hemos Llegado a los cincuenta sin pisar el talego (confiesa Rosa Palo en su columna); Hemos Llegado a los 50 sin implantes de botox, sin hacernos trasplantes capilares, sin ponernos un piercing en el pezón, sin participar en Gran Hermano y sin que nos den un Nobel. Y seguimos vivitos y coleando, añado yo; pero aún así hemos llegado tristemente a los 50 para tener que aguantar a unos palurdos universitarios de la nueva casta de Podemos que impide hablar en la Universidad; un algo así como que se impida hacer pan en una panadería. Y ponemos el simil para que lo entiendan los primates de Podemos.
Afortunadamente no todo es...
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