Un gran revuelo se provocó hace un tiempo atrás en Islandia, movilizando a diversas organizaciones sociales y ciudadanas, movimientos políticos y al ciudadano islandés de a pie. Resulta que en una inédita desición, el gobierno de la Isla ordenó apoyar en forma militar a USA en su ya larga y desastrosa invasión a Irak, mediante el envío de efectivos militares.
Esto provocó que movimientos políticos y pacifistas pusieran el grito en el cielo, sin comprender las razones de este Apoyo a una guerra completamente deslegitimidada y rechazada por buena parte de la humanidad, excepto claro está por los neoconservadores de la Casa Blanca y su afán de cowboys planetarios. A pesar de los reclamos, el gobierno islandés envío Apoyo Militar al lejano Irak. Bueno, en realidad el apoyo militar era "el" apoyo militar, ya que consistía en un soldado. Uno solo. En honor a la verdad no era "el" soldado, sino "la" soldado: una blonda de apellido inpronunciable.
Islandia está tan lejano a nosotros que pareciese estar en otro mundo, una isla en medio del atlántico, rodeada de hielos árticos, una isla con geiseres y volcanes y gente descendiente de vikingos que habla un idioma de grafía y pronunciación imposible si uno no es parte de los 300 mil habitantes de la isla (intente Ud querido lector leer BÚ-STJÓRN, BYRÐINGS-MAÐR, ÞROTNAÐR o SLŒGÐAR-BRAGÐ )
Debe ser un lugar interesante de conocer, la patria de artistas con la sensibilidad musical de Björk y los Sigur Rós, un pequeño país en el confín del mundo con un altísimo nivel de vida y sin analfabetos que consumen energía geotérmica, un país de fanáticos de la genealogía y que tienen como uno de sus platos tradicionales el tiburón fermentado. Un lugar que me evoca una naturaleza en un estado primitivo.
Y si les preocupa, la soldado ya está sana y salva en su hogar, en Islandia.
Esto provocó que movimientos políticos y pacifistas pusieran el grito en el cielo, sin comprender las razones de este Apoyo a una guerra completamente deslegitimidada y rechazada por buena parte de la humanidad, excepto claro está por los neoconservadores de la Casa Blanca y su afán de cowboys planetarios. A pesar de los reclamos, el gobierno islandés envío Apoyo Militar al lejano Irak. Bueno, en realidad el apoyo militar era "el" apoyo militar, ya que consistía en un soldado. Uno solo. En honor a la verdad no era "el" soldado, sino "la" soldado: una blonda de apellido inpronunciable.
Islandia está tan lejano a nosotros que pareciese estar en otro mundo, una isla en medio del atlántico, rodeada de hielos árticos, una isla con geiseres y volcanes y gente descendiente de vikingos que habla un idioma de grafía y pronunciación imposible si uno no es parte de los 300 mil habitantes de la isla (intente Ud querido lector leer BÚ-STJÓRN, BYRÐINGS-MAÐR, ÞROTNAÐR o SLŒGÐAR-BRAGÐ )
Debe ser un lugar interesante de conocer, la patria de artistas con la sensibilidad musical de Björk y los Sigur Rós, un pequeño país en el confín del mundo con un altísimo nivel de vida y sin analfabetos que consumen energía geotérmica, un país de fanáticos de la genealogía y que tienen como uno de sus platos tradicionales el tiburón fermentado. Un lugar que me evoca una naturaleza en un estado primitivo.
Y si les preocupa, la soldado ya está sana y salva en su hogar, en Islandia.
