Se dice que a río revuelto ganancia de Pescadores. Digo yo que, eso será mientras la Barca no se hunda, o no se pesque un pez muy grande el cual arrastre a la caña de pescar, al pescador y la barca, hacia la desembocadura del río, mar adentro, y desaparezca caña, pescador y barca en la profundidad de la mar.

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Los políticos, algunos, -no pluralicemos que la viña no es de todos, es del señor feudal- hacen suyo el refrán y se dedican a alterar el cotarro político para ganar votos en el río electoral. Para ello hacen servir la verborrea, sin ton ni son. Sin siquiera parar a pensar el significado y las consecuencias que puedan acarrear lo que dicen. Les es igual, quieren demostrar que tienen alma para llevar adelante la barca, y prometen abundante pesca que repartirán entre todos.

Para ellos el alma está en el corazón de la patria. Se equivocan, porque el alma está en el cerebro, como dice Eduard Punset y el corazón de la patria son la gente que vota, no las banderas.

Imaginemos una barca llena de gente, a la cual unos pescadores les han invitado a subir, prometiéndoles abundante pesca, la que repartirán entre todos los que hayan subido.

Si quien dirige a los pescadores no tiene precaución y alma en el cerebro, no en el corazón, puede pasar que la barca se vaya a pique en el mismo río por sobrecarga y los subidos a la barca se queden sin peces que comer. Es verdad que tampoco los necesitaran.

También puede suceder que se pesque un enorme pez y no lo puedan subir a bordo y este arrastre la barca río abajo hasta desembocar en el mar y allí hundirse en aguas de Neptuno y sus sirenas.

¿Qué diríamos de esos pescadores y del patrón de todos ellos? Qué son unos ineptos y unos irresponsables, ya que hubieran llevado a la gente que le prometieron peces, al más allá de la vida.

Tengamos pues cuidado con quienes nos prometen una patria libre, que lo más probable es que nos hundan en ese más allá de la vida.

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