“Envidio sus días de estudiante. Disfrútelos plenamente, es la última etapa de su vida en la que nadie espera nada de usted.”
Szell, el ángel blanco (Laurence Olivier), a Babe (Dustin Hoffman) en Marathon Man.
Qué angustiosamente certera me parece esta frase. La había olvidado, pero al ver la película de nuevo la he reconocido y me impresionó como recuerdo que lo hizo la primera vez. Aunque no sólo son los demás los que ejercen la presión, uno mismo se mortifica con la la autoexigencia.