No hubo un "coco wash" forzoso, ni decidimos convertirnos en madres bajo los efectos de alguna droga introducida en nuestro vaso en alguna noche de locura y frenesí. Nadie nos mintió, nadie nos dijo que fuera a ser fácil o relajado. Nada de eso. Concientes, muy concientes y convencidas, un día nos sacamos el DIU, dejamos las pastillas anticonceptivas o el forro. Y de esta manera caminamos con los ojos abiertos hacia la maternidad, con una carrera bajo el brazo y una agenda ya de por sí complicada y completa.
No vamos a mentirnos a nosotras mismas o a nuestras amigas, en que hemos ganado batallas en cuanto a igualdad de derechos o que somos en algún plano iguales a los hombres en Esto de tener hijos. la que quiera hacerte creer eso, está loca o su marido le miente muy bien.
Queridas mías, nosotras las mujeres modernas que tenemos hijos y además trabajamos también fuera de casa, somos las grandes pavotas de estos tiempos. Porque nuestras batallas son diarias, solitarias, silenciosas y con escaso reconocimiento. Nadie sabe de lo poco que dormimos, de las postergaciones que Hacemos, de los sueños que quedan en el tintero. Ya sé, nadie nos obligó a esto de ser madre, profesionales cuasi exitosas (o por lo menos satisfechas con el trabajo que hacemos y lo que cobramos por ello a fin de mes). Lo Elegimos Solitas, con la firma convicción de que íbamos a poder con todo, y también solitas íbamos a tener fuerza además para ver amigas, ir al cine, salir de noche, coquetear con nuestra pareja, vestirnos bien, cuidarnos las uñas y el pelo y leer algún que otro libro interesante que no fuera sobre bebés, niños o crianza. Solitas lo elegimos, con los ojos bien abiertos y muy convencidas. Y estamos todas de acuerdo en que es lo más maravilloso que nos pasó en la vida, pero también cansa, agota y exprime.
No vamos a mentirnos a nosotras mismas o a nuestras amigas, en que hemos ganado batallas en cuanto a igualdad de derechos o que somos en algún plano iguales a los hombres en Esto de tener hijos. la que quiera hacerte creer eso, está loca o su marido le miente muy bien.
Queridas mías, nosotras las mujeres modernas que tenemos hijos y además trabajamos también fuera de casa, somos las grandes pavotas de estos tiempos. Porque nuestras batallas son diarias, solitarias, silenciosas y con escaso reconocimiento. Nadie sabe de lo poco que dormimos, de las postergaciones que Hacemos, de los sueños que quedan en el tintero. Ya sé, nadie nos obligó a esto de ser madre, profesionales cuasi exitosas (o por lo menos satisfechas con el trabajo que hacemos y lo que cobramos por ello a fin de mes). Lo Elegimos Solitas, con la firma convicción de que íbamos a poder con todo, y también solitas íbamos a tener fuerza además para ver amigas, ir al cine, salir de noche, coquetear con nuestra pareja, vestirnos bien, cuidarnos las uñas y el pelo y leer algún que otro libro interesante que no fuera sobre bebés, niños o crianza. Solitas lo elegimos, con los ojos bien abiertos y muy convencidas. Y estamos todas de acuerdo en que es lo más maravilloso que nos pasó en la vida, pero también cansa, agota y exprime.
