La deficiencia de la B12 tiene distintos síntomas, por ejemplo: neuropatía periférica, deterioro cognitivo y atrofia óptica. Clínicamente, se caracteriza por parestesias de extremidades inferiores, seguido de marcha atáxica y paraparesia, disestesias simétricas, alteraciones de la sensibilidad posicional y vibratoria y, en estados avanzados, tetraparesia o paraparesia espástica.
En la neuropatología se encuentra desmielinización. A nivel del sistema nervioso, la deficiencia de Vitamina B12 puede conducir a daños irreversibles con gran variedad de signos y síntomas neurológicos incluyendo parestesia (sensación de hormigueo, adormecimiento, acorchamiento, etc.) de manos y pies, falta de equilibrio, menores reflejos tendinosos profundos y en las etapas posteriores pérdida de memoria, confusión, depresión y hasta pérdida de la visión central.
La latencia para el inicio del tratamiento desde el comienzo de los síntomas es de 8,6 Meses en promedio (fluctuando entre 1 y 24 meses). El aspecto clínico que mejoró más precozmente fue la función esfinteriana y la propiocepción (entre 2 y 3 semanas). De los 7 pacientes que al iniciar el tratamiento no deambulaban, 3 demoraron al menos 6 meses en recuperar la marcha.
Fuentes de origen animal: Los alimentos ricos en B12 son las vísceras como el hígado, riñones, y en general las carnes, huevos y lácteos. De los pescados podemos nombrar el atún y las sardinas como así también las almejas. Esta Vitamina se encuentra presente de forma natural solo en el reino animal.
Fuentes de origen vegetal: en el reino vegetal, la presencia de vitamina B12 es casi nula, por lo tanto los vegetarianos estrictos presentan carencia o déficit de esta vitamina, y como consecuencia de ellos necesitan suplementar su dieta con suplementos vitamínicos.
En la actualidad existen productos vegetales enriquecidos, como los cereales enriquecidos.