No han cambiado tanto las cosas, ni los verdes, ni el color de las nubes sobre el Pico Cueto o la forma de Soplar del aire de agosto. Sigue habiendo ranas en la charca de las Revillas, caracoles en medio de la carretera después de llover, por la tarde cantan los grillos y a la noche planean los murciélagos. No ha variado la ilusión de cumplir años, la forma de soplar las velas y por más que