Como otros tantos violinistas, Itzhak Perlman fué uno de esos niños Prodigio que despliegan su talento con tal facilidad que parece que llevan 30 años haciéndolo. Pero también es verdad que muchos de esos "prodigios" se quedan en nada y se diluyen por completo como si nunca hubiesen existido. Por eso el verdadero prodigio es el poder seguir desplegando su extraordinario talento a lo largo de