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50 canciones con versos cuestionsables (Séptima parte)

Hoy veremos 5 Canciones más con versos cuestionables. Como he dicho en otras ocasiones, algunos versos contradicen tajantemente las Escrituras y otros son cuestionables para cierto grupo de evangélicos. Aún así, aunque algunas canciones de esta lista son cuestionsables para mí o para otros, pueda que para tí no. Y si eso es así, está bien. Solo estoy compartiendo mi perspectiva sobre el tema. Sigamos…

CANCIONES CRISTIANAS CON VERSOS CUESTIONSABLES (38-42):

38) “A puro decreto” (“Me pongo en la brecha”, Nancy Amancio).

♫ Tomo la palabra que es como martillo que quiebra y me preparo para decretar… ♪

Si aprender a confesar es la universidad, aprender a decretar es la maestría. Pareciera ser que si algo que confiesas no resulta, si lo decretas, obligatoriamente va a pasar. La idea de decretar es un derivado de la doctrina de las confesiones, solo que con más punch. Los decretistas enseñan que así como los reyes y gobernantes de la tierra emiten decretos que sí o sí deben de cumplirse, nosotros, como “reyes y sacerdotes” en el reino de Dios, también tenemos poder para realizar decretos espirituales.

El problema de afirmar tal cosa no solo es que se basa en la traducción de Apocalipsis 1:6 de Reina-Valera 1960, sino que asume cosas que ni el propio texto dice. Por ejemplo, RV60 lo tradujo: y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre…”, pero otras versiones: “y nos hizo un reino y sacerdotes…” (Biblia de las Américas) y “el que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes para Dios” (Nueva Versión Internacional). ¿Ves? Mejores traducciones muestran que Dios no nos hizo reyes. No, porque en el reino de Dios solo existe un Rey. No dos ni tres ni más. Solo Dios es Rey. Por lo tanto, decretar amparados en la creencia de que somos reyes en el reino de Dios no tiene fundamento bíblico y, por lo tanto, no tenemos poder para decretar como reyes de la tierra porque no somos eso.

Además, los decretos por ser de carácter obligatorio, quien se haya aficionado a emitirlos contradice la Palabra de Dios que dice: “¡Vamos ahora! Los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana… En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala…” (Santiago 4:13-16). Es decir, la Escritura nos enseña a decir: “si Dios quiere”, no: “¡Yo decreto!”

Como dije antes, los decretos son de carácter obligatorio, por lo tanto, si tú decretas y lo que decretas no se cumple esa debería ser la evidencia contundente de que tú no tienes poder de que tus confesiones provoquen que las cosas sucedan. Esas prácticas son sacadas de libros de metafísica que algunos predicadores vistieron de textos bíblicos (malinterpretados, por cierto) y de este modo las introdujeron a las filas del evangelicalismo contemporáneo, engañándonos y haciéndonos creer que como hijos de Dios tenemos súper poderes espirituales. ¡No mis hermanos! Un cristiano bíblico no decreta, un cristiano bíblico ora, intercede y espera en la voluntad de Dios que es “buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

Una vez más este tema es muy amplio como para tratarlo en este corto espacio, por eso te invito a que leas la serie: ¿Positivo o negativo? donde hablé más en profundidad al respecto.

39) “Sumérgeme” (“Unidos por la cruz”, Jesús Adrián Romero)

♫ Mi armadura es desgastado, sin fuerzas he quedado, vengo a ti… ♪

“¡Cómo puede ser que alguien diga que la armadura espiritual se desgasta! ¿Ah?…” le escuché decir a alguien. “¡Eso es poner en duda la calidad de materiales con que Dios diseñó la armadura espiritual!”

Como sucede con canciones que apelan a las metáforas, en este caso, una que el mismo profeta Isaías utilizó en el Antiguo Testamento y luego el apóstol Pablo en el Nuevo, la ilustración de la armadura espiritual es eso, una metáfora que pretende dibujar en nuestra mente las cualidades que todo cristiano debería abrazar para parecerse más a Jesús.

Mira, si Pablo hubiera vivido en nuestros días, en lugar de describir una armadura romana, hubiera tomado de modelo el uniforme de un soldado SWAT israelí. Por lo que en lugar de hablar de “la coraza de justicia” hubiera hablado de un Chaleco Antibalas de Justicia; en lugar de “el cinturón de la verdad” hubiera hablado del Cinturón de Herramientas y Municiones de la Verdad; o en lugar de hablar de “la espada del Espíritu” hubiera hablado de un Rifle de Asalto Automático del Espíritu, etc.

En este sentido, el verso es cuestionable para quien no entiende la flexibilidad que permiten las metáforas, figuras o analogías en una obra literaria o en la letra de una canción. O sea, la alusión a la armadura desgastada, por tratarse de una metáfora, es válida.

40) “Llama a los ángeles” (“Atrévete a conquistar”, Iglesia Maranatha-Chicago)

 ♫ Llama los ángeles a este lugar, llama a los ángeles te van a ayudar…♪

Si yo tuviera que hacer un top 5 de canciones heréticas, esta estaría entre ellas. ¿Por qué? Porque en ninguna parte de las Escrituras se nos invita a llamar, invocar u orarle a alguien distinto a Dios. Hacer eso cae bajo la categoría de idolatría.

Tú te sorprenderías de la cantidad de iglesias de corte “guerra espiritual estratégica” que enseñan a la grey a hablar y hasta darle órdenes a los ángeles. ¿Recuerdas la famosa oración: “ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día”? En lo personal, yo solo he visto a los católicos romanos enseñarles a sus hijos esta oración; sin embargo, ya hay evangélicos que lo hacen amparados en una malinterpretación de Efesios 1:21-23, donde el apóstol Pablo dice que Cristo está: “muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo sino también en el venidero. Y todo sometió bajo sus pies, y a Él lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo…”

Estas iglesias enseñan que debido a que los principados y potestades están debajo de los pies de Cristo, y, como nosotros somos su cuerpo, sus manos y sus pies, eso significa que estos poderes y dominios realmente están debajo de la iglesia. Es decir, están bajo nuestra autoridad. Por lo tanto, eso significa que los cristianos tenemos la facultad de darle órdenes tanto a los ángeles buenos como a los ángeles malos (entiéndase: demonios).

Cualquiera que lea el pasaje de Efesios o que consulte un buen comentario bíblico, vería que por ningún lado se sugiere semejante barbaridad. Aunque el Nuevo Testamento respalda de que los hijos de Dios tienen autoridad para ordenarle a los demonios que salgan de la vida de quienes han poseído, no hay ninguna cita bíblica que diga que podemos hablar, orar o darle órdenes a los ángeles buenos como si de subalternos nuestros se tratara. ¿Quieres ayuda angelical? ¿Deseas que ellos vengan a brindarte protección? ¡Habla con tu Padre Dios! Él es el Comandante en Jefe de las Huestes Celestiales y si él da la orden, como dijo Jesús, puede poner a tu disposición “ahora mismo más de doce legiones de ángeles” (Mateo 25:53).

Pero háblale al Señor al respecto, ¡no a los ángeles!

41) “Dos seres hay en mi” (“Dos seres”, Gabriel Paredes)

♫ Dos seres hay en mí que quieren dominar, el uno va con Dios y el otro está muy mal… ♪

Esta canción fue un hit en las radios cristianas de mí país allá por los 90´s, pero fue cuestionada, no solo por el título, sino por los versos y la descripción que hace de la lucha entre la naturaleza pecaminosa y la naturaleza de Cristo en nuestro interior. El problema es que se refiere al bien y al mal que mora en nosotros como “seres” y no como “naturalezas”. En el sentido de que da la impresión de que son dos espíritus, personalidades o como dice la canción: “seres”, que lo quieren poseer, gobernar o controlar.

El desatino de la canción estriba en eso, en que no utilizó bien la terminología bíblica correspondiente a la tensión que todo cristiano experimenta entre la naturaleza pecaminosa y la naturaleza del Espíritu. El asunto es que cuando revisas los títulos del resto de canciones de esa grabación, el último track se titula: “Tú cambiaste mi ser”, y lógicamente allí se refiere a que él mismo es un solo ser, no dos, como la otra canción sí deja entrever.

Viendo las cosas en retrospectiva, pienso que la canción pudo haberse resuelto mejor. Que iba a requerir mucho trabajo, sí, lo iba a requerir. Pero de haberse trabajado más y previsto este tipo de malinterpretación, se hubiera podido utilizar una terminología más apropiada y evitado el cuestionamiento de una idea de canción que muy pocas canciones abordan.

42) “La niña de tus ojos” (“Vivo para ti”, Daniel Calveti)

♫ Yo soy la niña, la niña de tus ojos… ♪

La mayoría, sino es que todos, quienes cuestionan la canción de Calveti, son hombres. “¡Es una canción para mujeres!”, he escuchado decir. Y en el peor de los casos algunos han afirmado que es una canción que invocaba espíritus de homosexualismo.

¿En serio?

La expresión “la niña de tus ojos” es totalmente bíblica y Calveti se basó en los siguientes textos para componerla: Deuteronomio 32:10, Salmo 17:8 y Zacarías 2:8. Todos estos versículos afirman que somos la niña de los ojos de Dios. ¿Está la Biblia estimulando al pueblo de Dios, incluyéndonos a los hombres, a ser femeninos? Por supuesto que no. En este sentido, ¿no será que nuestro machismo latinoamericano no nos permite ver la profundidad de este verso?

Ser la niña de los ojos de Dios se refiere, no a una niña femenina o a una nena, ¡no!, sino que tanto la Biblia como la canción de Calveti se refieren a esa parte del ojo que, si alguien osara intentar tocarnos, digamos que con un dedo, ¡de inmediato reaccionaríamos cerrando los ojos para protegerlos! Es más, si alguien nos quisiera puyar un ojo, apartaríamos instintivamente con nuestro brazo la mano del agresor. ¿Ves? La metáfora es sumamente poderosa y describe el corazón protector de Dios por su pueblo.

Quizá lo que más prejuicia a los hombres al escuchar e intentar cantar la canción es que cuando dice: “yo soy la niña…”, en ese momento se hace una pausa melódica y entonces, al retomar la pronunciación se completa la frase: “la niña de tus ojos”. En este sentido, a ningún hombre le gusta decir “yo soy la niña”. No, uno se siente extraño al cantar eso; sin embargo, con instrucción bíblica a la iglesia y con mostrarle los textos bíblicos que ya mencioné, estos versos no tendrían por qué cuestionarse debido a que son totalmente basados en la Escritura.

Continuará…



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