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Final helado y triste


El hombre lleva muerto casi diez días y su familia ha decidido dejarlo todo está. Seguirá aquí casi en la cima del mundo hasta el final de los tiempos. Yo le acompañaré para Siempre con respeto, devoción, admiración e infinita estima. El frío será nuestro compañero fiel y el sol nuestro guía, descansaremos juntos siendo la más sincera compañía que ha conocido esta montaña.

Todo pasó muy rápido. Juan, su equipo (incluido esta bota de montaña que les habla) y su sherpa Tenszing descendíamos del Annapurna, a 8.091 metros de altitud. Llevábamos ya media hora de vuelta tras haber superado uno de los ochomil del Nepal. Todo había ido bien hasta ese momento.

Y fue sencillo. Pasó rápido. Resbaló sobre el hielo, cayó de lado y rodó varios metros montaña abajo arrastrando además a su sherpa, quien ha permanecido junto a este héroe hasta su último suspiro.

Juan intento levantarse pero volvió a caer sobre la gélida y glacial nieve. Tenzing corrió en su auxilio y trató de levantarlo pero no podía mantenerlo en pie. Su tobillo se había roto completamente. En esas condiciones no iba a poder volver al campamento más cercano, y mucho menos salir de esa montaña para volver al calor de su familia. Vi en ese momento cómo sus lágrimas corrían fugaces por sus mejillas; Juan siempre fue un tipo realista, optimista en ocasiones, pero en ese momento sabía que no podía pasar mucho tiempo a -12º y con oxígeno limitado.

El dispositivo de rescate se puso en marcha pero llegaron a él demasiado tarde. Fue su fiel Sherpa Quien les dio la triste noticia. Finalmente, su mujer fue quien decidió dejar su cuerpo en aquel punto, tan cerca del cielo que Juan casi podía tocarlo con los dedos. Era lo que él hubiera querido.

Tengo que decirles que nadie vio el accidente más cerca que yo, esa mala suerte tuve. Pienso bastante en si debo sentirme culpable o no, si fue culpa mía, pero qué importa ya... Eso sí, el pensamiento vuelve siempre a mí aunque intente alejarlo. A veces, sentirse responsable de algo sobre lo que no has podido incidir del todo es algo inevitable.

Trataré de llevarlo con calma, disfrutar de las vistas y recrearme en los buenos recuerdos, eso nadie puede quitármelos.



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