Este verano he tenido la suerte de conocer la bonita población de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real), que tiene el honor de ser la ciudad a la que hace referencia Cervantes cuando habla de Un lugar de la Mancha.

Pasamos 3 días allí, conociendo el pueblo y la zona. Solo puedo decir palabras bonitas de este pueblo, que tiene una Plaza Mayor que merece la pena, es preciosa y sobre todo la recomiendo al llegar la noche, es un lugar mágico en el que apetece estar muchas horas. Un viaje a la ciudad donde murió Quevedo, en la que paso sus últimos días.

Pero no sólo la recomiendo por su valor cultural, también es importante su gastronomía. Gracias al Dueño del Hostal La Gavilla, en el cual pasamos las noches, he conocido y probado el verdadero Pisto Manchego. Nos encanto su atención, su amor por la zona y la gastronomía. Probamos de primera mano esta delicia culinaria, la cual voy a intentar reproducir aquí.

El resultado creo que ha sido bastante notable, es un plato que repetiremos más a menudo. Además en próximas entregas compartiré otras versiones que el compartió con nosotros. Conozcamos el verdadero Pisto Manchego.

Lo primero que haremos será cortar tanto los pimientos como los tomates en trozos muy pequeños. Comenzamos con los pimientos y después continuamos con el tomate. Anteriormente lo hemos limpiado y quitado las partes desechables.

Calentamos aceite en una sartén bien grande y pochamos los pimientos durante al menos 10-12 minutos o cuando veamos que quedan bien tiernos.. A continuación agregamos los tomates y seguimos pochando, ponemos el fuego bajo y dejamos al menos una hora que se vaya pochando bien.

Para terminar el pisto le añadimos sal y un poco de azúcar para quitar la acidez del tomate.

Acompañaremos el plato con un huevo frito, esta opción es opcional, pero yo la recomiendo, le da al plato un toque final excepcional.