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El origen del paramilitarismo

El origen del paramilitarismo

07ene07

 

Domingo 11 de agosto, 2012-08-11

Los Paramilitares existen por decisión de los “Césares” y su organización se inició durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala con su Estatuto de Seguridad y Defensa de la Democracia, expedido en 1978 y se consolidó con la Ley 3567 de 1994 firmada por el presidente César Gaviria Trujillo que definió a las Convivir.

La función de defensa nacional civil y autodefensa fueron sus parámetros inamovibles.

La participación personal de Uribe fue ocuparse de que el Paramilitarismo tuviera todo el apoyo del gobierno, cosa que logró a partir de las Convivir de Antioquia, cuando fue gobernador de ese departamento, hasta la entrega de los servicios nacionales de inteligencia DAS, bajo su mando, para todas las operaciones del paramilitarismo, cuando fue presidente.

Dentro de esta prioridad estratégica bastaba con que Uribe solo mencionara en público o en privado que alguien era sospechoso de apoyar a la guerrilla para que cualquier paramilitar ejecutara una acción contra esa persona.

La Limpieza Social y su ejecución por parte del paramilitarismo es el componente inseparable y más importante de la Seguridad Democrática de Uribe. Es el que involucra a civiles como informantes, vengadores y combatientes, el más corrosivo y destructivo de lo humano en la sociedad colombiana y es el que ha convertido a esos individuos civiles en portadores de crueldad, corrupción y crimen, como lo demuestra la conducta sanguinaria de los grupos paramilitares y neoparamilitares.

Como responsable del conflicto armado, Santos puede ver ahora que las prioridades estratégicas de Uribe de exterminar la población civil que potencialmente pueda apoyar a las Farc [limpieza social] es una política criminal encubierta de Estado y de lesa humanidad que viola la Convención de Ginebra, el Derecho Internacional Humanitario y pone a Colombia en el despreciable grupo de los países bárbaros. Pero además acentúa la desigualdad en Colombia, aumenta el desplazamiento interno, incrementa el desempleo, y paralelamente aumenta el presupuesto militar en detrimento de inversiones en el futuro desarrollo de Colombia como lo son educación, investigación científica y tecnológica, inversión de capital nacional y salud. Y como si esto fuera poco le garantiza a las FARC su renovación constante a través del reclutamiento continuo, consecuencia del dolor y la consiguiente venganza armada por la muerte de familiares a manos de paramilitares, neoparamilitares y militares.

[ GLOSARIO]

Narcoterroristas. Los paramilitares son narcotraficantes por naturaleza, provienen del temprano patrocinio del gobierno a civiles y cuadrillas de sicarios que le abrió las puertas a los narcos para que camuflaran, extendieran y desarrollaran sus actividades criminales con la protección legal de un pretendido auxilio al Estado.

  • El narcotráfico existe en los orígenes del paramilitarismo y se ha desarrollado con él. La limpieza social es una actividad exclusivamente terrorista. Por cumplir estas dos condiciones plenamente los paramilitares responden con precisión al término narcoterroristas.
  • Solo en mentes desviadas cabe la limpieza social o exterminio de población civil.
  •  Solo en mentes criminales cabe creer que el crimen tiene una utilidad social y se le ocurre encargársela a los paramilitares.
  • Para salvar de culpa al Estado que por decreto creó, entrenó y armó al paramilitarismo se dice que las FARC crearon a los paramilitares. Eso es tan absurdo como decir que los ladrones crearon la Policía. La Policía existe para asegurarle a la rama de Justicia el cumplimiento de la Ley y para detener a quienes la violen.  Los paramilitares fueron creados por una desviada decisión del estado para atacar a la subversión.

Apartes tomados de:  https://jmrg.files.wordpress.com/2012/08/asuntos-de-inteligencia-militar-sobre-estrategia-contra-las-farc_.pdf

 

Lunes 27 de noviembre, 2006

El origen de los paramilitares son los sicarios, que nacieron como una fuerza de ajusticiamiento para servir los intereses del narcotráfico. Sus funciones se extendieron a exterminar la competencia delincuencial de las FARC en el campo gracias al financiamiento que les ofreció la industria agropecuaria y el gobierno.

Desde ese momento el matrimonio de los violadores del estado de derecho, los ganaderos entre ellos, y las cuadrillas de asesinos, se volvió la nueva moral de Colombia. Sin ese financiamiento y el del mismo gobierno, los sicarios ahora narco-paramilitares nunca hubieran enfrentado a las FARC.

El paramilitarismo “muerde” de cada negocio, legal o ilegal, que se desarrolle en sus áreas de control. Esas son ganancias extras sumadas a nuestros impuestos que le entrega el gobierno, a sus negocios en narcóticos, robo de tierras y de propiedades individuales. Por eso, los narco-paramilitares no son ninguna organización política.

Al igual que el Guasón de las aventuras de Batman, los narco-paramilitares juegan muchas bromas criminales, una de ellas es la de ser políticos cuando les conviene y hasta humanitarios o adalides de la verdad si las circunstancias lo requieren.

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Si en Colombia no hubiera existido la corrupción desde el empleado público hasta el exitoso político que triunfa donde no lo conocen, y si el narcotráfico no hubiera encontrado esa camada tan calientica para arruncharse, los paramilitares nunca hubieran existido.

Un empleado que se sienta ofendido cuando alguien le “ofrezca” una propinita para que le de preferencia a su pedido y un político que se sienta usado si no son sus constituyentes los que ponen en él las responsabilidades que él quiere lograr, no dan cabida a ningún sinvergüenza que con arrogante descaro les pida dinero y armas para reemplazar a instituciones tan importantes de la sociedad como son la policía y el ejército.

De seguro que les hubieran contestado, ‘si de verdad su intención es luchar contra las FARC, únase sin demora a la Policía y al Ejército, allí se ganará un sueldo y le darán armas’.

 

 

José María Rodríguez González


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