"I'm comin' back again
and I'm wearing a big smile to being"
Luis Humberto Navejas
Me entregué
a la noche y a sus anaqueles
de torpes vicios ensordecedores.
No quería escuchar nada,
no quería vendarme a solas el corazón.
Así que me puse a menguar recuerdos
sobre la densa fogata de la madrugada.
Me indigné en acariciar fonemas y jadeos
que incómodamente se desvanecían
como rocas turbias en el mar.
Ardí en llamas.
Me hundí en liturgias químicas.
No quería despertar.
Quería dormir todo el día
y olvidarme de la luz brillante de los despertares.
Incendié a quemarropa los maremotos de la felicidad.
Descendí a los infiernos más trémulos.
Me sedé sobre muslos jóvenes tatuados
para producir oscuridad como si fuera gloria.
Me olvidé hasta de comer y resurgí un lunes.
Desperté hinchado en rabias y rencores.
Luego de unos días todo fue silencio.
Releí el I-Ching y pensé en Houellebecq.
Así, el francés, me puso a pensar en los destiempos de la vida.
Asimilé todo como un regalo hundido en un agujero negro de vida.
Todo fue luz y retruécanos y canciones de Moura y Prodan.
Solté los fantasmas, y de repente salieron unas sonrisas con el sol.