Cada una de las palabras que cohabitan en nuestro vocabulario goza de una entidad social propia. La vida en soledad de cada término debería acabar enriqueciéndose cuando decide coaliarse para constituir una frase. Y llegados a este punto, conformada ya la oración, sería sensato pensar que el valor intrínseco que cada palabra aporta individualmente para tal fin pudiera verse alterado en pro del