Fragmento El teléfono sonaba a lo lejos: Grady nunca había considerado tan importante una llamada; sin hacer caso de la extensión que había en la cocina, atravesó corriendo un laberinto de pasillos del servicio hasta llegar al apartamento exterior y a su propio cuarto. Era Apple, y llamaba desde East Hampton. Habla despacio, le dijo Grady, porque al otro lado de la línea sólo oía un montón