Por ANGÉLICA QUIÑONEZ | TINTA BLANCA En este siglo y en estos medios, donde puedes crear de acuerdo con nuevos retos y tendencias, tu único pecado es ser aburrido o irrelevante. Y por favor perdónenme mis colegas académicos, pero lo que ustedes publican, comentan y comparten suele serlo (y no hablo solo de sus poetuits).
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