Vos sos música satánica
al derecho y al revés (te doy vuelta y te recorro)
al compás de todo infierno
vos sos música satánica
la que te obliga a morder (vos me obligás)
a masticar el cigarro
un puente con lo inefable
la puteada por lo bajo
agarradita del pelo
tan obscena y tan prohibida
tan de todos y de nadie
(con las patitas al viento)
como una soga cualquiera
apretando muchos cuellos
como culos de botella
bien alto en la medianera
vos sos música satánica
como fragua que da miedo
y absurda fascinación.
Y entonces después caer
babeando, rodar, perder
arrojarse por el caño
(de metal del hidrobronz)
que dice:
no me mires cuando caigo
porque sigo siendo mentira
y ya no encuentro el piolín.