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A cambiar se ha dicho (primera parte)

En esta ocasión, voy a hablar de un asunto que nos compete a todos. No intento, ni represento en ninguna manera, a ningún grupo en particular, sino que hablo en términos generales, y esto porque el propósito de este escrito es que analicemos el problema, tomemos conciencia de sus estragos y nos determinemos a ser parte de una solución.
El problema del que hablo es alarmante, ya que en estos días es muy común enfrentar a una Sociedad que le gustan las Palabras Soeces, los insultos y marrullerías, ( pasa-brocha).
Creo que como personas y como sociedad, no deberíamos dejar que la influencia de Hollywood nos cambie el modo amable y cordial que otrora profesáramos. Tampoco podemos dejar que profesores universitarios o de colegio, nos marquen un camino oscuro de procacidad. Ya no se diga de políticos y/o figuras públicas, que promueven diariamente a vista (oído) y paciencia de todos, agendas de odio contra la modestia y la inocencia.
Si sigo enumerando, en la lista aparecerán desde cantantes hasta algunos que se identifican con el cristianismo, ilegítimamente, claro está.
El caso es que nos desarrollamos en sociedades llenas de palabras destructivas y epítetos negativos. La crítica proveniente de rencillas, envidia y odio, ha llegado a ser cosa del diario vivir, y lo que es peor, la idea de que se está haciendo lo correcto se establece como regla adecuada, esto crea patrones de respuesta y conducta, que nos van consumiendo, llevándonos a la autodestrucción.
¿Se ofendería usted si le digo que nos Estamos Convirtiendo en una sociedad imprudente, aduladora, falsa y auto destructora? Mi intención no es ofenderle, ni acusarle, sino tratar de hacerle ver en lo que nos estamos convirtiendo, y el daño que le hacemos a los demás cuando les ofendemos continuamente.
Acostumbrarse a ofender, ya sea que usemos palabras soeces o que lo hagamos con "fineza", produce nuevas generaciones con problemas de identidad, con mucha inseguridad, y con ello, las consecuencias directas: inestabilidad en todas las areas de la vida, irresponsabilidad y vicio.
Porque es lo mismo si le decimos a alguien que es : "una basura" a llamarle "residuo de la sociedad", la ofensa es el motivo y el modo usado, y causa estragos en el espíritu del hombre.
Parte del problema es que se ataca la capacidad afectiva que tenemos como seres humanos, esa que en mayor o menor medida, nos hace dependientes de la aceptación de los demás. Pensemos que cuando los demás nos señalan como lo peor, lo mas probable es que eso nos condicionará negativamente. No todos tienen esa fortaleza de "rumiar" las ofensas para convertirlas en algo positivo. Como una constante gota que cae sobre la piedra, son las ofensas de un ser querido.
Dejar de ofender, sería un buen propósito de vida.
Dígame, usted, ¿que opina?



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