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La.Pastafrola.

En mi barrio había una panadería. Todos los domingos a las 12.45 los Vecinos participan del Sorteo de una exquisita pastafrola. Los sorteos se realizaban, la puerta del garage del local. Los vecinos se juntaban en la parte de afuera 15 minutos antes del sorteo para ocupar su lugar. Cuando el reloj marcaba justo la hora indicada, la dueña se acercaba hacia las personas en una bolsa pequeña que contenía todos los números que participaban del sorteo. Un niño era elegido entre los presentes para extraer un numero ganador. Luego del sorteo, se procedía a la entrega de premios y los vecinos volvían a sus tareas cotidianas.
Cierto dia la dueña del local falleció y su hija de hizo cargo del lugar. Desde que ella se hizo cargo, las pastafrolas se habían vuelto mucho mas exquisitas según varios vecinos y, mucho mas caras. Gente de otros barrios e incluso de provincias y países extrajeros, viajaban kilómetros para comprar artículos de confitería y poder participar los domingos en los sorteos.
Los sorteos al hacer mas números, fueron requiriendo lugares mas grandes ; al comienzo era en la puerta de la panaderia, luego policias cortaban la avenida y mas tarde comenzaron a alquilar el estadio del club de la zona donde entraban miles y miles de personas.
Las personas del barrio comenzaron a cambiar los habitos; se levantaban todos los dias bien temprano y por la mañana se iban a comprar 3 kilos de pan
debido a que .....le daban "10 numeros para el sorteo de los domingos", al mediodia compraba 2 docenas de facturas ya que equivalian a "20 numeros para el sorteo del domingo" y por las tardes compra 3 roscas de crema pastelera que, como bien
se imaginan le correspondian "30 numeros ..”.
La vida habia cambiado, pero todo parecia normal para los vecinos.
Las heladeras estaban llena de innecesarios kilos y kilos de articulos de la panaderia.
Ya no habian mas carnes al almuerzo, sino roscas de crema pastelera ; ya no se hacian mas pollos al horno, sino que se recalentaban las facturas, los frezeers se encontraban llenos de productos de resposteria. La gente comenzò a engordar y a engordar....pero nadie decia nada
Hartos de esta situación, los dueños de la panadería de la zona se reunieron en un congreso secreto en el bar cercano a la estación de trenes para tomar medidas drásticas al respecto. Se reunieron durante varias semanas, realizaron entrevistas y contrataron a un experto biólogo para examinar las pastafrolas: el dulce utilizaba alguna especie de sustancia que generaba una adicción hacia la misma pastafrola. Lamentablemente, los panaderos no denunciaron sino que le tendieron una pequeña trampa.
Un domingo, en uno de esos sorteos, un niño fue elegido entre la multitud de personas que fervorosamente tenían en sus manos los casi un millón de números rojos que habían sido repartidos durante todo el transcurso de esa semana.
Este niño era el hijo de uno de los dueños de las panaderias de la competencia...y era parte del plan. Subiò tranquilo, sabia lo que tenia que hacer, cambio las dos bolsas por la que la comunidad de panaderos le había dado......nadie se diò cuenta. Sacò el primero numero y todo el estadio permaneció callado. Se lo entregò a la locutra quien dijo a la multitud: “Y La primer pastafrola es para el numero.. 8909.”. Desde el fondo del estadio se escucharon gritos y el afortunado cruzo para acercarse al escenario.
Luego le pidieron al niño el segundo numero. Con algo de picardia volvió a meter la mano, conociendo el resultado. La locutora lo tomò doblado y a medida que lo iba desenvolviendo cometió un error gravísimo.
“Y la segunda pastafrola es para......el .....¿8909? de nuevo?, no puede ser”.
Un mar de murullos comenzò a expendirse, las cosas comenzaron a llover en el escenario y la gente comenzò a gritar:
“Queremos nuestro dinero. Estafadora. QUEREMOS NUESTRA PASTAFROLA!!!”
La gente comenzó a desconcentrarse no sin antes romper con varias cosas que se encontraron en su camino y dirigiéndose a la panadería, la cual fue destruida y saqueada por miles de personas furiosas por la estafa (engaño) que creyeron haber sufrido.
El negocio se normalizò. La panaderia fue reconstruida y el mercado repostero volvió a ser equitativo, pero...las sustancias adictivas se siguieron usando...y la gente si todavía con la rara costumbre de comprar y comprar......dia a dia en las panaderías para el domingo...llegar a su ansiado domingo.
Dicen que hay niños del barrio que reusan a comer pastafrola, cuanta razon ellos tienen... no?



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