No puedo evitarlo: por más que se acueste con Sarko, Carla Bruni sigue resultándome atractiva. Puede que incluso más que antes. Convertida en primera dama de Francia, la Bruni parece haber alcanzado su estadio definitivo, como si lo de supermodelo o cantautora cool hubiesen sido solo sucesivas crisálidas de las que se ha ido despojando cuando le ha convenido.
Los genios que traducen los títulos de las películas han rebautizado la última obra de Alain Resnais, ‘Coeurs’ (corazones), ‘Asuntos privados en lugares públicos’. Así, una leve comedia dramática sobre la soledad podría antojársenos una exhibicionista cinta pornográfica.
Quizá al genio que ideó esta frase decidió emplearla a toda costa, aunque no tuviese nada que ver ni con el argumento del film ni con el título original.
La expresión volvió a mí cuando vi a Carla Bruni en la recepción de los Reyes de Inglaterra, tan afectadamente espléndida, sonriendo en exclusiva para las cámaras.
Pensé en como el absurdo romance Carla-Nicolas se ha convertido en un inmenso asunto privado desarrollado en lugares públicos: en visitas oficiales, en actos retransmitidos vía satélite... En todas sus encarnacione, la Bruni ha ocupado el centro del escenario. Ahora, despojada de todos sus disfraces, continúa siéndolo. Los asuntos de estado no tendrán importancia. La inexpresiva mirada de la bella consorte ocupará todas las portadas.
Los genios que traducen los títulos de las películas han rebautizado la última obra de Alain Resnais, ‘Coeurs’ (corazones), ‘Asuntos privados en lugares públicos’. Así, una leve comedia dramática sobre la soledad podría antojársenos una exhibicionista cinta pornográfica.
Quizá al genio que ideó esta frase decidió emplearla a toda costa, aunque no tuviese nada que ver ni con el argumento del film ni con el título original.
La expresión volvió a mí cuando vi a Carla Bruni en la recepción de los Reyes de Inglaterra, tan afectadamente espléndida, sonriendo en exclusiva para las cámaras.
Pensé en como el absurdo romance Carla-Nicolas se ha convertido en un inmenso asunto privado desarrollado en lugares públicos: en visitas oficiales, en actos retransmitidos vía satélite... En todas sus encarnacione, la Bruni ha ocupado el centro del escenario. Ahora, despojada de todos sus disfraces, continúa siéndolo. Los asuntos de estado no tendrán importancia. La inexpresiva mirada de la bella consorte ocupará todas las portadas.