Get Even More Visitors To Your Blog, Upgrade To A Business Listing >>

tanto tiempo

Una historia no comienza. Está Siempre empezada. Siempre contenida en cables que eventualmente se enchufan, que un día tienen o dan luz. Formas confusas, que no terminan de armarse hasta que pueden verse, hasta que la distancia permite nombrarlas, fecharlas, olvidarlas.
Creer es olvidar. O recordar cada mañana las cosas en las que uno cree se explica lo que Vemos y lo que no vemos. Juntar el tiempo en una habitación, alojar los dolorcitos en cajones con naftalina, airear la infancia hasta naufragar en una herida, colgar los amores de esos con los que se compartió algún silencio. Elegir cómo crear la luz de las ventanas en una vela, hornalla o  lamparita. Antorchas que no se pueden llevar de un lado al otro, que no se prestan, que permanecen en esa habitación. Y que nunca sabremos con certeza qué otro de uno las puso ahí. El misterio de uno mismo que se recrea en rutinas de bastón. Como los gustos, que se generan casi por casualidad, por la corriente del agüita que moja los pies y parece que los abraza. 
¿Qué pasa adentro para que los gustos se amplíen o la columna se doble o los dedos hagan caso? ¿Cómo podemos manejar cómo se queda el tiempo en uno? ¿Cómo armar ese cuarto, ese territorio, sin que tenga el síndrome del lunes por la mañana de “Aquí algo falla” o la inmensa soledad de un domingo con sol y olor a asado? Poder discernir, en la fe del deseo que nos mueve, entre ser botella o líquido que se trasvasa.  Ahí se definen las formas de decir adiós a lo que uno es en lo que fue y será. Tal vez estemos acostumbrados a acostumbrarnos. A que se olvide o se extinga el ingenio de ver, de sentir la expansión del mundo en una inspiración, en vida alrededor.
Todo es un vicio, solo le falta encontrar dueños. 


This post first appeared on Dejalo En Remojo, please read the originial post: here

Share the post

tanto tiempo

×

Subscribe to Dejalo En Remojo

Get updates delivered right to your inbox!

Thank you for your subscription

×