¿Para qué esperar despierto
el cuerpo ya sin musa?
Cuando ves otoño al tiempo
ese dolor que poco usas.
Muere y muere todo fin
más tenue y terciopelo.
Tu comienzo dio de sí,
y tan crispado yo de miedo.
Lentas hojas que amanecen,
gustoso al Sol de pena lloro.
Perdida voz que ya decrece,
sonido anuncia: ¡el Viento es oro!
Ya nada queda, sin ti amanezco.
Las manos frías que nunca tocan.
¿Te vas ya decaído vuelo?
La luz con sombra, mi fe bromea.
Noviembre de 2016.
Noviembre de 2016.