| Lucha contra la abstracción - Fahrelnissa Zeid (1947) |
Mi corazón se aceleró y comenzó a latir de una manera extraña. Al mirar las pinturas medio indecentes hechas con tinta negra venidas de Tabriz que mostraban a apuestos jóvenes de piel de mármol y muchachas delgadas de pechos pequeños, en mi frente comenzó a acumularse el sudor en gruesas gotas, tal y como me ocurría cuando las veía en los primeros años de mi aprendizaje, sesenta años atrás. Recordé la profundidad de pensamiento y el amor por la pintura que había sentido cuando, tras haber dado mi primer paso en la maestría y unos años después de casarme, vi al hermoso joven de cara de ángel, ojos de almendra y piel de rosa que había sido traído al taller como candidato a aprendiz. De repente noté con tal fuerza que la pintura no tenía nada que ver con la tristeza y la vergüenza sino con aquel deseo que estaba sintiendo y que era el talento del maestro ilustrador el que convertía ese deseo en amor a Dios primero y luego en amor por el mundo como Él lo ve, que me pareció haber vivido como una victoria feliz del placer todos los años que me había pasado echando joroba ante el tablero de pintura, todas las palizas que me había llevado para aprender mi arte, la decisión de quedarme ciego pintando, todos los sufrimientos que había padecido y hecho padecer por la pintura.
Related Articles
Me llamo Rojo (Orhan Pamuk, 1998)
Olvidada. Era mujer, pintora, musulmana, todas las razones juntas para ser olvidada. Y sin embargo, conoció de primera mano la vanguardia parisina de la primera mitad del siglo XX, se divorció en los años treinta y se casó con el príncipe heredero de Irak. Por ello, tras las embajadas, vivió en el exilio después de la caída de la frágil monarquía de Irak en 1958. Toda su vida pintó a pesar de todo, desde su Estambul natal hasta su muerte en Amán en 1991. Expuso en Europa, Estados Unidos y Oriente Medio y se la considera pionera de la primera pintura abstracta turca. Aún así, Fahrelnissa Zeid cayó en el olvido y por esta razón, desde junio a octubre la Tate Modern de Londres le dedica una retrospectiva para intentar resucitar la figura de esta pionera del arte, que sintetizó perfectamente la influencia árabe, persa y otomana de la pintura con las técnicas de la abstracción europea. En estos momentos, quizás sea necesario recurrir a los puentes de unión entre Oriente y Occidente, que existen y que han existido, y en ese territorio, Fahrelnissa Zeid puede servir de luz y guía.
| Mi infierno - Fahrelnissa Zeid (1951) |
| Pasajeros de tercera clase - Fahrelnissa Zeid (1948) |
| Alguien del pasado - Fahrelnissa Zeid (1980) De este autorretrato dijo: soy descendiente de cuatro civilizaciones, las manos son persas, el vestido bizantino, la cara es cretense y los ojos orientales. |
Fahrelnissa Zeid - 'She Was the East and the West' - Tate Modern (2017)
